Descubre las ventajas del coworking rural: Conectar con la naturaleza impulsa la productividad
Hemos pedido a los residentes de FEM que nos expliquen las principales ventajas que han visto de trabajar en un coworking rural y estos son los puntos más destacados.
Índice de contenidos
- • Ambiente colaborativo y enriquecedor
- • En un coworking rural estás en contacto con la naturaleza
- • Sinergias profesionales
- • Energía colectiva y proyectos con impacto
- • Inspiración
- • Apoyo emocional y profesional
- • Trabajo a alta velocidad
- • Dinamización socioeconómica del entorno rural
- • Bonus track: Otros espacios
Es evidente que compartir el espacio de trabajo con personas de profesiones complementarias suma, tanto a nivel profesional como personal. Quién viene a FEM, a menudo se reencuentra con el espacio de trabajo compartido después de un tiempo de soledad en el teletrabajo. Todo tiene su qué, pero durante este tiempo hemos visto que es innegable que una mirada fresca a lo que estás haciendo, otros puntos de vista, enlaces y trucos que no conocías y otros muchos detalles del día a día en el coworking, nos ayuden a trabajar de manera eficiente (¡y placentera!).
Hemos pedido a los residentes de FEM que nos expliquen las principales ventajas que han visto de trabajar en un coworking rural y estos son los 8 puntos más destacados.
1. El ambiente colaborativo es enriquecedor
En un coworking rural se respira un entorno de colaboración donde las ideas fluyen libremente. Compartimos conocimientos, habilidades y experiencias con los otros. Además, las interacciones diarias con personas de diferentes trayectorias y disciplinas nos permiten ampliar nuestra perspectiva y aprender cosas nuevas cada día. Una vez más, lo más importante son las personas.
2. En un coworking rural estás en contacto con la naturaleza
Estar rodeados de naturaleza e integrarla en nuestro día a día nos ayuda a conciliar la vida personal y la profesional (si, tenemos el coworking con mejores vistas del mundo, ¡pero también hay vida afuera!). Además, estar tan cerca de la montaña, nos permite disfrutar de actividades recreativas y relajarnos, mejorando así nuestra calidad de vida tanto física como emocional. Este entorno de convivencia en que se comparten espacios de vida y trabajo hace que se cree una comunidad viva y que nos hace crecer.
3. Sinergias profesionales
Compartir el día a día en un coworking rural nos da la oportunidad de ampliar nuestro círculo de contactos y amistades de manera genuina. Conocemos gente de diferentes campos y establecemos conexiones reales. Esta red de contactos fomenta colaboraciones profesionales únicas, enriquecedoras y perdurables en el tiempo. En el coworking rural de FEM Coliving se han forjado múltiples colaboraciones que siguen creciendo y creando un impacto positivo.
4. Energía colectiva y proyectos con impacto
En un coworking rural, nos sumergimos en un entorno de pasión y motivación. Es inspirador estar rodeados de gente con empuje y dispuesta a compartir sus ideas y experiencias. La energía colectiva nos impulsa a seguir adelante. Además, no nos preguntáis muy bien porque, pero estamos consiguiendo crear una comunidad de personas conscientes, muchas de ellas desarrollando proyectos que buscan crear impacto social positivo. Formar parte de una comunidad con propósito no solo nos nutre profesionalmente, sino que brinda pertenencia y motivación para que nuestro día a día profesional tenga un significado más profundo.
5. Inspiración
Estar rodeados de personas con diferentes profesiones y talentos en un coworking rural nos inspira a pensar de manera innovadora, “out of the box”. La colaboración y el intercambio de ideas se convierten en una fuente constante de inspiración. Salir a la era a tomar el café y comentar la jugada, una vídeollamada que no se esperaba y nos pilla con el volumen por las nubes… Estas pequeñas cosas hacen que el día a día sea más conciliador con nuestro estado de ánimo, más humano, más tangible, más real.
6. Apoyo emocional y profesional
En un coworking rural encontramos un ambiente de apoyo. Compartir experiencias, retos y éxitos con los demás nos aporta un apoyo emocional valioso (la estabilidad emocional es la fuente de la cual brota todo el resto, ¡más vale cuidarla!). Además, la posibilidad de recibir consejos y retroalimentarnos de los demás fortalece nuestro desarrollo profesional.
7. Trabajo a alta velocidad
Un coworking rural nos aporta un espacio tecnológicamente avanzado que nos mantiene conectados y nos permite trabajar sin interrupciones. En la montaña también tenemos alta velocidad (¡y no nos referimos solo a los rebecos!): Fibra Óptica de 300Mb por segundo reales, tanto de descarga como de carga.
8. Dinamización socioeconómica del entorno
Los coworkings tienen un impacto positivo en los entornos rurales, puesto que contribuyen a fijar y atraer capital humano cualificado a la zona, con la correspondiente retención de talento: un factor clave por el desarrollo de estos territorios.
BONUS TRACK: Otros espacios en FEM Coliving
Así pues, el coworking rural son todo ventajas?! Casi, pero no siempre. También hay días que apetece la soledad, estar a nuestro aire. En estos casos tenemos alguna opción adicional 😉👇
